domingo, 19 de febrero de 2012

Ruta de la atomram

Es decir, la Marmota al revés o, como ya la hemos rebautizado, la ruta de los pinchazos.

Sábado 9:40 de la mañana, día soleado con agradable temperatura y sin prisas por la hora de llegada, promete ser una bonita jornada de ciclismo.

Hoy es la primera prueba seria de Quique en su fase de preparación para enfrentarse a JIE.

Hacemos la ruta en sentido contrario al habitual comenzando por los toboganes que, en este sentido, son bastante más cómodos de hacer alcanzando buenas velocidades. Quique no se amedrenta y baja rápido, eligiendo bien e incluso dando algún que otro salto. Parece que las bajadas no van a ser uno de sus puntos débiles.

Llegamos al sendero de acceso al puente de la marmota. Solo puedo decir que es divertidisimo, muy revirado y técnico. De repente oigo un golpe detrás mio y veo a Quique mordiendo el polvo, caída tonta pero sin consecuencias, seguramente el entrenamiento en hockey le ha preparado para absorver golpes que a los demás nos dejan doblados.

Casi sin darnos cuenta estamos en el puente de la marmota y comenzamos a subir por la calzada romana. Imposible hacerlo encima de la bici, yo asumo mis limitaciones y la subo andando pero Quique lo intenta hasta que casi vuelve a dar con sus huesos en el suelo. Se impone la sensatez y la subimos andando. Probablemente JIE opine que se puede hacer con una doble, yo creo que solo puede hacerse con un telesilla.

Abordamos la bajada previa a la subida al mirador, cuando Quique sufre el primer percance técnico. Primer pinchazo de la jornada y por primera vez no es mio.

Comenzamos la laaaaaarga subida al mirador donde le veo maneras de escalador, sube fuerte y con buena cadencia, estoy tentado de avisarle de que solo llevamos 1 tercio de la jornada y que hasta ahora solo hemos bajado... dejemosle hacer

Una vez coronado el mirador y avanzado unos kilómetros se masca la trajedia. A Quique le empieza a fallar la rodilla y solo estamos en el punto mas alejado y encima volvamos por donde volvamos es todo subida.

De nuevo sale el serrano que lleva dentro, tragándose el dolor seguimos adelante eso si, evitamos la innecesaria subida a Tres Cantos y seguimos por un camino paralelo cuyo diseño solo puede responder a la típica apuesta de bar ...no hay guevos a cruzar el arroyo 20 veces....

Dicho y hecho, cada 100 metros hay que vadear el arroyo, en algunos puntos con una profundidad interesante. Acabamos calados, helados y las bicis sin una gota de aceite en la transmisión. A partir de aquí el soniquete de roces, quejidos, y sonidos varios de nuestras monturas va aumentando para nuestra desesperación. Como diria aquel ...estamos en la indigencia del ciclismo...

Atravesamos Colmenar y aparecemos de nuevo en la ruta original en el camino de acceso a las trialeras. Igual que con el sendero de acceso al puente de la marmota, esta zona gana mucho en este sentido dado que es principalmente descendente por lo que solo tienes que preocuparte de por donde descender, saltando, esquivando, retorciendote, ... la mejor parte de la ruta sin duda alguna.

Cuando llego a la parte más elevada, vuelvo la cabeza para ver las impresiones de Quique, pero no esta. Cuando aparece por fin, viene andando, segundo pinchazo de la jornada y en la misma rueda para más inri. Lastima, te has perdido lo mejor.

Tras la nueva parada en boxes, retomamos la ruta para llegar al río y comenzar las ultimas subidas hasta los coches. Aquí ya no veo la alegría de la primera subida al mirador, ya sea por la rodilla, los tremendos rozamientos de la bici, el cansancio o todo a la vez, el ritmo es mucho mas cansino.

Fin de la etapa. Aprobado alto para Quique con un gran potencial, si mantiene el ritmo de mejora, yo me preocuparia JIE.

PD. No hay documento gráfico a pesar de llevar mi flamante cámara nueva. La razón, el extraño método de reciclaje de pilas de mi señora consistente en guardar las pilas gastadas junto con las nuevas para que, por un extraño fenómeno de ósmosis, las pilas gastadas recuperen carga. De las 8 pilas que lleve, no funcionó ninguna.

3 comentarios:

  1. Bueno, esta claro que hay que dejarle a Eugenio la parte lírica del Blog... que calidad en los detalles! Me ha encantado eso de "...y sin prisas por la hora de llegada..." ¿acaso va por JIE o por mi? jejeje

    Lo de los pinchazos, Eugenio haztelo mirar. Siempre andas cerca cuando hay uno :D


    Ya veo que os habéis ahorrado unos cuantos kilómetros, y que la etapa al revés también es divertida. En cuanto Quique se nos recupere, la repetimos.
    Por cierto Quique, ya te dije que eso de ser decaathleta no puede ser bueno... Piscina, Hockey, Entrenar, Arbitrar, tener novia, Salir de copas y todo eso a la vez, pues claro, el cuerpo pasa factura. Tu fíjate en mi estilo de vida "monacal"... Mi mayor aventura es cuando cambio un pañal y me pregunto que me encontraré... Eso sí, estoy hecho un roble.

    Quique, esperamos autocronica, que eso de estrenarse como Caballo Veloz merece una. Además, has estrenado burra. CUENTAAA

    Saludos

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  2. Os cuento mis impresiones en primera persona de la salida con Eugenio el otro día:

    La primera lección que aprendí en mi retorno la tomé mucho antes de montar en bici, que fue al despertarme de la cama y casi vomitar, y es que no se debe salir el día anterior y pretender ser persona 4 horas más tarde a estas alturas de la película, que, aun siendo joven, ya no tengo 20 años.

    La espera a Eugenio fue tensa, tanto que empecé a pensar que me estaba dejando tiempo de ventaja. La primera parte de la ruta discurrió sin ningún contratiempo, hasta que llegamos a la bajada al puente. Al salir de un giro me encontré con una roca y tras no conseguir esquivarla con éxito, decidí tirar de memoria para saber qué hacía en tiempos cuando me pasaba algo así: saltarla era la solución. Lo que no recordé es que 2 km/h no es una velocidad óptima para hacer saltos y el famoso plato de 44 fue el 1º en comprobar mi error de cálculo, a éste le siguieron mi rodilla, cadera y hombro derechos... Hay quien dice que con un plato de 42 habría pasado el escollo sin problema, pero no voy a dar credibilidad a esos comentarios.

    Nada más pasar el puente de la marmota (una pasada, por cierto) tuve otra caida todavía más lenta que la anterior: en parado. Haciendo oidos sordos a los consejos de Eugenio (bueno, un oido lo hice sordo, el otro no me costó mucho esfuerzo) y tirando de una vieja técnica hispaña llamada:"Pormiscojones" intenté subir, sin éxito, por la calzada romana. 2ª y última caída del día, en esta caída sólo se golpeó mi orgullo, pero ese se inflama muy rápido.

    La siguiente parte de la ruta, bastante cómoda, hasta que pinché. Tras realizar el cambio de cámara vino la primera subida del día. Tiene razón Eugenio en que la empecé muy eufórico, pero también decir que aguanté con rodilla (e hígado) doloridos con la misma cadencia todo el rato sin tener que incorporarme más que 2-3 veces para lanzar un poco la bici.

    Tras una ligera bajada, vino la parte del arroyo que hizo que esa máquina de precisión que me vendió Jon pasara a ser una máquina de ruidos (me hizo gracia la frase de Eugenio: "Sólo falta que empiece a chirriar el GPS"). En la subida a Colmenar me encontré bien de piernas y subí a ritmo sin mayor problema (los dolores de rodilla se fueron, sólo para volver tras los parones que hacíamos).

    Atravesamos Colmenar y ahí ya empecé a notar que no pedaleaba tan alegremente. Al retomar el camino vino, probablemente, la parte más divertida del recorrido. Una pena el perderme el último tramo de la bajada por otro pinchazo, pero bueno, ya lo haré otro día. Lo que no sabía yo es que, tras cambiar la 2ª cámara del día venía: La Subida. No sé si se me hizo larga porque ya me dolía hasta el pelo o si es larga de por sí, pero a mi entender, esa parte de la ruta me sobró por todos los lados, aunque seguía subiendo con ritmo y sentado no era lo mismo. Todavía me duelen los implantes de la boca de lo que apreté los dientes en esa subida. Las pocas bajadas que hubo las aproveché para estirar, que los cuadriceps decidieron dejar de relajarse entre pedalada y pedalada.

    Por un lado contento con mi primera salida, y muy agradecido a Eugenio que se portó de 10 y aguantó mi versión tortuguil, lesionada y resacosa. Poco a poco mejor, ¡quedan 20 días!

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  3. Bueno, bueno, bueno...

    Excusas baratas aparte :D creo que ha sido una mejor "primera vez" que otros que ni se atreven a escribir por aqui jejeje. La Marmota no es una ruta facil. Todos hemos besado el suelo y a todos se nos ha atragantado algún repecho.

    Lo de los pinchazos... sigo pensando que Eugenio es el gafe.

    Próximo reto: El Berrueco. En cuanto nos cuadre la agenda nos vamos para allá...Vete reservando para la carrera de septiembre...

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